Llantos de soledad

Ya no creo en príncipes ni princesas, ya no creo en los cuentos de caballos alados, de feroces dragones y de hechizos imposible. Perdí la inocencia, la ilusión, y quizás algún amor, pero me quedé con mi sonrisa intacta, con mis ganas de vivir, y con mi sangre ardiente. Yo salgo ganando. Mis venas en espiral, mi sangre naranja. Suerte tienen todos los que está a este lado porque el río se desbordará por la otra orilla. Se lo llevará todo, quedará completamente desierto, destrozado, lleno de lodo, escombros, de corazones rotos, de lágrimas por secar. Y mientras tanto, en este lado del río, seguiremos cantando con la voz desgarrada y con el alma de rodillas. Felices, juntos, como nunca, como siempre.
Arrancando los motores, desplegado todas las velas, que llegan aguas revueltas y tenemos que estar preparados para lo que se avecina. Lucharemos como siempre, y al final, le pese a quien le pese, pisaremos tierra.





Escuchando: "Raining in paradize" Manu Chao, La Radiolina.