viernes, 29 de enero de 2010

El tiempo...

Ayer.
Ayer fue tu cumpleaños, otro puto 28 más. Lágrimas en los ojos al recordarte otra vez .Llevo demasiado tiempo sin verte. Ojalá existiera religión que comprarme para tener claro nuestro reencuentro... tengo tantas cosas que contarte. Te lo has perdido todo. Maldita tu suerte, maldita la mía también por no aprovechar el poco tiempo que tuve, por no decirte lo que te quiero, por no demostrarte lo que valías. Nunca pude más que tu, nunca tuve otra oportunidad. Sigo pensando que debería haber sido yo.
¿Sabes? Diez años se cumplirán de nuestra última conversación, tengo esas palabras clavadas en la mente. Nos vemos mañana...

Mañana.
Mañana es agridulce, es decir adiós a un presente que me tortura para esperar a lo venidero con la ilusión de un niño. Sigo avanzando el camino de baldosas amarillas, y dejo detrás a gente que merece tanto la pena, que mañana será imposible no derramar ninguna lágrima. No se cuantos años hace que yo no lloraba dos días seguidos. Las depresiones, por decreto ley, duran 24 horas. Odio las despedidas, quién lo diría.
2010 sigue centrifugándome, viento a favor. Desplegando velas por Neptuno, que la tormenta, cuando llegué, no tendrá piedad.

Pasado mañana.
Y pasado mañana, brotes de esperanza.


 
Escrito por Brasidas a las 2:30, | 0 También lloran
domingo, 24 de enero de 2010

Dos mil diez.

Se cruzó el negro con el rojo y saltó la chispa. Año de cambios, decisiones. Valentía.

Es más fácil jugar con los trapecios cuando hay una red debajo. Con la cara pintada de de ilusión subo por la escalinata y a volar. Diversión.

Quieres entrar en mi, registrarme el pecho con ventaja. Ni de coña amiga. Esta vez no. Las reglas son las mismas para todos. Por muchos años que hayan pasado, no me dejo ganar. El que quiera coger, va a tener que dar. No hay más regalos.

Mañana puede ser un día más, o puede ser el primer día. La incertidumbre me acompaña en estas últimas noches en vela, no quiero parar. Ahora no. Quiero un poco más de vida, lejos de las mentiras que me han rodeado tan de cerca. Mójate, por dentro y por fuera. Saca los cojones y ponlos en la mesa, que vamos a merendar.

Por último, a los que se fueron, no volváis. No os reconozco, no entiendo como podéis haber sido tan hijos de puta. No me sirven excusas de locura. Todavía escuece la herida. Que os (te) jodan.

Ya suena febrero, y esta vez lo escucho tan de cerca...
 
Escrito por Brasidas a las 5:10, | 0 También lloran