Llantos de soledad

Vamos a ver si consigo no encenderme cuando explique lo que viví el viernes. Digamos que después de disfrutar toda la semana del maravilloso turno de noche en mi empresa, tengo la noche del viernes libre. Yo, como muchos ya sabéis, vivo en el sur, bendito sur, y en mi maravillosa tierra disfrutamos de unos 30 grados cuando dan las 11 de la noche. Cuando corría el mes de diciembre, fuimos la última comunidad autónoma en sucumbir a nuestra cultura de hacer vida en la calle, y se aprobó en el parlamento la denominada "ley antibotellón". Los primeros días no hubo demasiados problemas para que se cumpliera dicha ley, excepto varios ejemplo de brutalidad policial que ni siquiera voy a entrar a detallar. Pero en el ambiente se decía, se comentaba, que esto iba a funcionar en invierno, pero en cuanto llegase la primavera a ver como controlaban el tema. Así fue, poco a poco llegó el calor y la gente se tiraba a la calle a tomarse sus copitas en la calle sin ningún tipo de altercado. Digamos que con el tema de las elecciones se hacía bastante la vista gorda. Pues bien, a un periódico (por llamarlo de alguna manera) se le ocurre publicar el lunes pasado que en determinada zona de esta ciudad la policía local tiene orden de permitir el botellón porque el ayuntamiento pretende que esta zona se ejemplo de modernidad y juventud. Estaba claro que no iban a tardar en reaccionar, al día siguiente manifestaciones de todos los colores en contra del ayuntamiento, de la policía etc. Resultado, este viernes todos los policías a la calle y vuelta a la represión. Ahora señores, si te quieres tomar una copa, tienes que hacerlo en un sitio cerrado, con 3 personas mas por metro cuadrado, apestando a humo y por supuesto pagando tus 6 € correspondientes. ¿ Y ésto no es delito? , si que lo es, se llama ROBO. Había mil soluciones para éste "problema" y han aprobado precisamente la que no funciona, por mucho que prohiban el botellón, sin tener en cuenta la cultura de esta ciudad, el problema del ruido persiste, porque no van a tener los cojones de cerrar los bares también, y en una calle dónde hay 10 o 15 bares hay ruido haya botellón o no. Además esto quizás suene muy facha, pero en mi ciudad las zonas de "movida" llevan siéndolo la menos 20 años, el que se compra una casa allí ya sabe lo que tiene, que no pretenda cambiarlo. Yo no defiendo a la gente que parte botellas, ni a la gente que se mea en la calle, pero no prohibiría, pondría mas contenedores, y unos urinarios públicos que se mimetizaran con la cuidad, estoy seguro de que la gente los usaría.
En definitiva, que me jodieron la noche. Que no pude tomarme mi copa en la calle, ni tampoco en un bar porque no se cabía en ninguno. Así que desde aquí yo me cago en la ley antibotellón, en el ABC, en la portavoz de la asociación por el derecho al descanso, y en la asociación de bares y terrazas de mi ciudad. He dicho.
Y el viernes que viene, todos al río. LA CALLE ES DE TODOS.








Escuchando: "Días azules" Ivan Ferreiro, Las 7 y media.