Llantos de soledad

Hace poco menos de un año comenzó a mi alrededor un pequeño exilio en cuanto a número de personas, pero que sin embargo dejó un gran hueco en mi corazón. Ha sido un año movidito, ha sido un año en el que he aprendido a valerme un poco más por mi mismo, a veces es muy duro sentirse solo, pero es la única forma de conseguir según que cosas, necesarias todas en el desarrollo de una persona. Ya dije hace poco que mi nuevo curso comenzaba en julio, pues bien, ya ha empezado. Ya tengo otra vez a toda mi gente a mi alrededor, algunos se han ido, quizás a dar una vuelta, quizás para siempre, pero los de siempre, los que nunca fallan, los que con una mirada entienden absolutamente todo, esos que son los que más sitio dejan cuando se piran, ahora están aquí y cuentan conmigo, como siempre, y yo encantado. Y cada día me levanto con una sonrisa de oreja a oreja sabiendo que hay alguien al otro lado del teléfono, y a cada rato me encuentro mejor, y sólo tengo ganas de salir, de beber, de sol, en fin, que me sale la FELICIDAD por los cuatro costados.
El otro día le comentaba a Dark, que la amistad entre hombres y mujeres no existía sin deseo de algunas de las partes, pero me parece de recibo aclarar que una vez que ese deseo tiene desenlace, bien feliz o bien triste, puede quedar una amistad sincera de confianza que es muy difícil de romper, yo al menos hablo como siempre desde mi pequeño periscopio. ¡Que vivan los amigos coño!, los de siempre, los de ahora, los nuevos, y sobre todo los que están por llegar.






Escuchando: "Mentiras piadosas" Joaquín Sabina, Mentiras piadosas.