Llantos de soledad

Embarbascado en plena mudanza, he decidido también hacer limpieza dentro de mi inseparable compañero de trabajo. Y me he topado con una cosilla que escribí como hace unos 2 años, dice así:
"Mucho tiempo hacía que no me animaba a escribir algo, pero quizás el día de hoy me ha hecho reflexionar un poco. ¿Hasta dónde debemos llegar en nuestras relaciones con los demás?, esa es la pregunta que invade mi cabeza. Me estoy dando cuenta, de que las relaciones entre las personas funcionan exactamente igual que una cuerda, el interés nos hace pegar tirones de unas y de otras sogas que tenemos en la mano, y la bondad, o quizás la ineptitud nos hace ir soltando. Al final, aunque suene duro, creo que tiene más cuerda en su mano, es el individuo más feliz de la relación. Pero en su ignorancia es solo una felicidad momentánea, porque inevitablemente en cuanto la otra persona pegue un pequeño tironcito, la cuerda se rompe. Y es el que mas soga tiene, el que mas pierde porque ahora no le sirve para nada. A lo mejor os he hecho un pequeño lío, o nudo :P, pero he decidido empezar a tirar un poquito para mi, y que se rompan las cuerdas que se tengan que romper. Gracias a dios, se que hay al menos una que es superelástica y no creo que se rompa por mucho que los dos tiremos, así que con las demás que el destino elija..."

Pues después de todo este tiempo, de pegar algunos tirones, pero de seguir siendo tan tonto de ir soltando marras por doquier, al final la única cuerda que se ha roto, ha sido la superelástica. Pero confirmo mi teoría de cuerdas, el que más había tirado, es el que mas pierde. ¡Y yo tan contento!



PD: Dentro de un rato, jartón de chocolate.

Escuchando: "Amigos para siempre" Los Manolos, Nainona.