Llantos de soledad

El camino sigue llenito de piedras. Tropiezos, puñaladas y decepciones. Otra vez la puta sensación de estar arriba, pero dentro de una burbuja, tal como la tocas se rompe, y al final como una estera. No sufras Prometeo. Demasiados descubrimientos para una semana, no se si reírme o llorar. De tener dos piernas, dos muletas y un juguete, a arrastrarme con un bastón. No pasa nada, yo puedo, en realidad lo sabía todo, lo de ellos y lo de ellas, daños colaterales de una guerra en la que yo sólo estaba de pasada. Será cuestión de comprarse una vida nueva, ésta ya ni me gusta ni me sirve. ¿Quién se apunta a piragüismo?.

Hace meses viví la única experiencia que no he sido capaz de describir con palabras en este blog en los últimos 2 años. No he sido capaz de encontrar palabras que sepan expresar lo que viví aquella noche. No las habrá. El miércoles pude escuchar por primera vez la banda sonora original de aquella noche, no he podido parar desde entonces. Jamás tuve un disco entre mis manos que fuera capaz de contarme tanto, de él y de mi. Es una obra de arte. Sin más. Mejor música y aun mejor letra. Imposible quedarme indiferente. No dejen de escucharlo.